Comienzo: El Despertar

Lía se despertó con un resplandor intenso que la golpeaba en los ojos, abrió lentamente sus párpados y vio dos soles en el cielo. Algo no estaba bien. Se levantó y miró a su alrededor; el mundo parecía extraño e insólito. En lugar de su habitual cuarto y cama cómoda, vio árboles altos con hojas de colores inusuales. Los soles brillaban intensamente, pero tenían un tinte rojizo, y el aire estaba lleno de olores que nunca antes había experimentado. Lía se tocó el cuello, sintió una incomodidad y descubrió algo extraño: un implante metálico que no recordaba cómo había llegado allí.

El implante era pequeño, del tamaño de una moneda, y cuando Lía lo tocó, el dispositivo se activó repentinamente, proyectando la imagen de una chica con ojos azules brillantes y una sonrisa, pero no era real; era una imagen transmitida directamente a su cerebro por el implante.

Cuando el shock inicial pasó, la nueva conocida comenzó a hablar:
— ¡Hola, Lía! Soy Lucy. Estás en el planeta Strixis. No te preocupes, todo estará bien.
Lía intentó reunir sus pensamientos, pero era difícil; tenía demasiadas preguntas.
— ¿Quién es Lucy? ¿Cómo llegué al planeta Strixis? ¿Y qué es este extraño implante en mi cuello?
Sintió que su corazón latía más rápido y trató de mantener la calma.
— Lucy —susurró Lía, esperando que la chica la escuchara—. ¿Qué está pasando? ¿Cómo llegué aquí?
Lucy sonrió aún más ampliamente.
— No te preocupes, Lía. Foste elegida para una misión especial. El planeta Strixis está en una galaxia distante y tu tarea es ayudarnos a descubrir lo que ha pasado aquí. No sabemos qué le ha sucedido a nuestra civilización y ahora necesitamos tu ayuda. Soy un sistema automatizado de rescate diseñado para momentos de crisis que amenazan con la extinción de la civilización de los Astrarhis. Los mejores científicos de este planeta trabajaron en mí para que pudiera determinar el camino del rescate en un momento crítico. Seguramente, ellos sabían algo y se prepararon para esto.
Lía intentó recordar lo que Lucy había dicho, pero era difícil concentrarse con tanta información. Decidió enfocarse en su entorno para entender mejor dónde estaba.

Los árboles a su alrededor eran altos y delgados, sus hojas brillaban con la luz de los soles anaranjados. En Strixis crecían algo que parecían flores, pero con formas más vibrantes y elegantes. En el aire volaban aves grandes con largas colas, emitiendo sonidos melódicos.
— Este lugar es realmente hermoso —dijo Lía, esperando que su voz no temblara—. Pero ¿por qué no recuerdo cómo llegué aquí?
Lucy negó con la cabeza.
— Usamos una nueva tecnología de teletransportación que permite moverse instantáneamente grandes distancias. Tu memoria fue temporalmente bloqueada por seguridad, pero ahora estás al tanto de todo.
— Entiendo —respondió Lía, tratando de calmarse—. ¿Y qué debo hacer a continuación?
Lucy se inclinó hacia ella y sus ojos se volvieron serios.
— Viajarás y explorarás las ciudades abandonadas de los Astrarhis, intentando encontrar respuestas: por qué todos desaparecieron, adónde y quién pudo haberlo hecho. Te ayudaré a obtener todo lo necesario para esto.
Lucy mostró un mapa con la ruta hacia la estación científica más cercana, donde posiblemente encontraría respuestas y suministros.

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— Sigue este camino —dijo Lucy—. Encontrarás todo lo que necesitas.
Lía asintió, sintiendo que la tensión disminuía. Decidió seguir adelante, confiando en el mapa y su propio instinto. Delante de ella había nuevos descubrimientos y aventuras.

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